martes, 7 de agosto de 2007

Algunos extractos


Somos hierros, envueltos en alambres de cobre, y cada vez que queremos magnetizarnos podemos lograrlo. Hacemos fluir nuestro voltaje interior por el alambre y atraemos a quienes deseamos atraer. Al imán no le inquieta la técnica del funcionamiento. Es él mismo, y por su naturaleza atrae algunos elementos y deja otros intactos.

Es una ley cósmica. Los semejantes se atraen. Limítate a desplegar tu propia personalidad, serena, transparente y luminosa. Cuando irradiamos lo que somos, preguntándonos a cada instante si lo que hacemos es lo que deseamos hacer y haciéndolo sólo cuando la respuesta es afirmativa, nuestra actitud rechaza automáticamente a quienes nada tienen que aprender de lo que somos y atrae a quienes sí tienen algo que aprender, que son los mismos de quienes nosotros a la vez aprendemos.

He aquí una prueba para verificar si tu misión en la tierra ha concluído:

Si estás vivo, aun no ha concluído.

Supongo que durante mucho tiempo la gente no pudo volar porque no lo creía posible; por eso no aprendía los principios elementales de la aerodinamica.

Yo quiero creer que en alguna parte existe otro principio: no necesitamos aviones para volar; ni para atravesar paredes, ni para llegar a los planetas.

Podemos aprender a hacerlo sin la ayuda de ningún tipo de maquinas. Si lo deseamos.

Para vivir libre y dichosamente, deberás sacrificar el tedio.

No es siempre un sacrificio fácil.

No te dejes abatir por las despedidas.
Son indispensables como preparación para el reencuentro.

Y es seguro que los amigos
se reencontrarán después de algunos momentos
o de todo un ciclo vital.

Tu ignorancia es directamente proporcional
a la medida en que crees en la injusticia
y la tragedia.

Lo que la oruga interpreta como el fin del mundo
es lo que su dueño denomina mariposa.

Perspectiva:
Utilízala y olvídala.
Si has abierto esta página,
olvidas que lo que sucede a tu alrededor no es real.
Piensa en esto.

Enseñar es recordarles a los demás
que saben tanto como tú.
Son todos aprendices,
ejecutores, maestros.

Los interrogantes más sencillos son los más profundos.
Dónde has nacido? Dónde está tu hogar?
A dónde vas?
Qué haces?

Plantéatelos de tiempo en tiempo, y observa cómo cambian tus respuestas.

Enseña mejor lo que más necesitas aprender.

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