TODOS los padres tienen expectativas y, a través de ellas, destruyen a sus hijos. Tienes que liberarte de tus padres, del mismo modo que llega un día en el que el niño tiene que salir del vientre de la madre; de lo contrario, el vientre sería su Muerte. Después de nueve meses, el niño tiene que salir del vientre, tiene que dejar a la madre. Por mucho que le duela y a pesar de que la madre se sienta vacía, el niño tiene que salir. Más adelante, en otra época de su vida, el niño tendrá que liberarse de las expectativas de los padres. Entonces, por primera vez, se volverá un ser por derecho propio, por cuenta propia. Entonces se valdrá por sí mismo, Será libre de verdad. Si los padres están despiertos, si son más comprensivos, ayudarán a sus hijos a que sean lo más libres posible, lo antes posible. No les condicionarán para que sean útiles; les ayudarán a ser amorosos.
Los padres siempre tienen alguna expectativa, y esa expectativa se vuelve venenosa. Dejanme que les diga algo: amen a vuestros hijos pero nunca pongan vuestras expectativas en ellos. Amen a vuestros hijos todo lo que puedan, y denles la sensación de que los quierens por lo que son, y no por lo útiles que puedan ser. Amenlos enormemente y denles la sensación de que los aceptan como son. Ellos no tienen que satisfacer ninguna exigencia. El amor que les dan no tiene que ser diferente según hagan esto o aquello. El amor es incondicional. Y entonces se podrá crear un mundo totalmente distinto. Las personas se dedicarán naturalmente a las cosas que les gustan. Las personas se moverán naturalmente en la dirección que instintivamente sienten que fluyen.
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