Cuando los amigos ofrecen consejo, uno debería escuchar con atención.
Una de las grandes cosas que se debería aprender es a escuchar. Escuchar muy silenciosamente. No escuchar con indiferencia. No escuchar como si quisieras que pararan y estuvieras siendo cortes porque son tus amigos. En ese caso es mejor pedirles que no digan nada porque no estas de humor para escuchar.
Pero si estas escuchando, escucha de verdad... se abierto, porque quizá tengan razón. Y aunque estén equivocados, escucharlos os enriquecerá. Conoceras más lados de la misma cosa, más puntos de vista, y siempre es bueno aprender. Así que escucha, pero decide siempre por vuestra propia cuenta.
En cuanto una persona posee esta comprensión relativa y se desprende de las necedades absolutas, las cosas se tornan muy claras y fáciles. De lo contrario, la gente es muy, tajante. Piensa en términos de absolutos: esto es verdad y lo que sea que se le oponga está mal. Es algo que ha perjudicado a toda la tierra... los hindúes, los mahometanos y los cristianos luchan porque todo el mundo reclama la verdad absoluta. Nadie posee ningún derecho sobre ella. No es el monopolio de nadie.
La verdad es vasta. Infinitas son sus facetas e infinitos los caminos para conocerla. Y lo que sea que conozcamos, es limitado; no es más que una parte.
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