Tenemos todo lo suficiente para ser la persona que soñamos, solo falta un paso para darnos cuenta: que lo aceptemos.
Reconocer que hemos nacido en el hogar correcto, que estamos viviendo la realidad que necesitamos vivir y que tenemos todo lo suficiente para seguir creando una vida aún más amorosa, es otro de nuestros grandes desafíos. Y uno de los más grandes.
La creencia de que no somos suficientes está instalada en cada cosa que hacemos y en cada decisión que tomamos.
Y para asegurarnos que esto no cambie, mantenemos viva una cultura que nos lo recuerde a cada instante: tenemos que ser algo mejor, tener algo más, ir, llegar, alcanzar, superar, etc.
La manera de trascender este pensamiento que ha liderado gran parte de nuestra vida no es otro que diga lo contrario: que sí somos suficientes. Esta sería la ecuación perfecta, pero aún no la creemos, por lo que sería un ejercicio mental y nada más.
El paso para ponernos en marcha de esta parálisis de insuficiencia es comenzar a aceptar lo que nos pasa y creemos que no esta bien, aceptar a la gente que enjuiciamos de insuficiente que tenemos alrededor y renunciar a pensar que las cosas deberían haber ocurrido de otra manera. Simplemente, debemos de dejar de criticar o criticarnos.
Así, estaremos en el punto de partida para reconocer el poder que tenemos.
Somos suficientes por ser quienes somos. No por lo que nos hemos creído de nosotros, lo que hemos aprendido o lo que nos dijeron.
Esta semana, piensa que cada cosa que te pasa esta bien, porque así es como lo elejiste. Y recién podrás ejercer la libertad de volver a elegir.
Y ten presente que este no es un ejercicio más de tu mente. La aceptación vendrá cuando, justamente, dejes de buscar excusas, justificaciones y razones.
Eres lo mejor que puedes ser hasta hoy.
Ahora, vuelve a elegir.
Reconocer que hemos nacido en el hogar correcto, que estamos viviendo la realidad que necesitamos vivir y que tenemos todo lo suficiente para seguir creando una vida aún más amorosa, es otro de nuestros grandes desafíos. Y uno de los más grandes.
La creencia de que no somos suficientes está instalada en cada cosa que hacemos y en cada decisión que tomamos.
Y para asegurarnos que esto no cambie, mantenemos viva una cultura que nos lo recuerde a cada instante: tenemos que ser algo mejor, tener algo más, ir, llegar, alcanzar, superar, etc.
La manera de trascender este pensamiento que ha liderado gran parte de nuestra vida no es otro que diga lo contrario: que sí somos suficientes. Esta sería la ecuación perfecta, pero aún no la creemos, por lo que sería un ejercicio mental y nada más.
El paso para ponernos en marcha de esta parálisis de insuficiencia es comenzar a aceptar lo que nos pasa y creemos que no esta bien, aceptar a la gente que enjuiciamos de insuficiente que tenemos alrededor y renunciar a pensar que las cosas deberían haber ocurrido de otra manera. Simplemente, debemos de dejar de criticar o criticarnos.
Así, estaremos en el punto de partida para reconocer el poder que tenemos.
Somos suficientes por ser quienes somos. No por lo que nos hemos creído de nosotros, lo que hemos aprendido o lo que nos dijeron.
Esta semana, piensa que cada cosa que te pasa esta bien, porque así es como lo elejiste. Y recién podrás ejercer la libertad de volver a elegir.
Y ten presente que este no es un ejercicio más de tu mente. La aceptación vendrá cuando, justamente, dejes de buscar excusas, justificaciones y razones.
Eres lo mejor que puedes ser hasta hoy.
Ahora, vuelve a elegir.
(Vivir la zona)
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