Se va al tarólogo, al astrólogo, al psicólogo, al cura, al centro de belleza, al quirófano, a la bruja y al santo, al sastre y a la modista, a la discoteca, al civer café, al gimnasio y a la academia de inglés… ¡cuánto se mueve en el mundo para pedir amor!. ¿Y si en lugar de tanto pedir, comenzamos a fabricar amor?. Podemos ser obreros incansables de una fábrica de amor.
“Cuando se es creativo, ya no se está centrado en la petición de algo, al contrario, lo fabricamos nosotros mismos. Debemos porner amor allí donde no hay amor, y lo encontraremos. Porque, si utilizas al otro como un espejo de tu falta de capacidad para amar, es porque has ido a buscar a alguien que no te ama y eso es porque tú no puedes amar. Eres incapaz de amar, y tu problema de no amar lo depositas en el otro, lo proyectas como un espejo. Ama. Y si tú amas, el otro te va a amar, porque vas a proyectarle tu amor.”
Jodorowsky, en Psicomagia
“Cuando se es creativo, ya no se está centrado en la petición de algo, al contrario, lo fabricamos nosotros mismos. Debemos porner amor allí donde no hay amor, y lo encontraremos. Porque, si utilizas al otro como un espejo de tu falta de capacidad para amar, es porque has ido a buscar a alguien que no te ama y eso es porque tú no puedes amar. Eres incapaz de amar, y tu problema de no amar lo depositas en el otro, lo proyectas como un espejo. Ama. Y si tú amas, el otro te va a amar, porque vas a proyectarle tu amor.”
Jodorowsky, en Psicomagia
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