Una pareja de recién casados estaba estrenando su apartamento, y la joven mujer mientras desayunaban mira a través de la ventana a una vecina tender sus sábanas, y exclama:
"¡Que sucias están las sábanas de nuestra vecina!, ¿no sabrá lavar?, ¿no tendrá un buen jabón?"…
El marido oía, y callaba…
Así sucedió día tras día con las mismas exclamaciones de la joven mujer…
Un día, sin embargo, ella se fija bien y vé las sábanas que tiende la vecina resplandecer de limpias… y dice:
"¡Hoy sí que las sábanas se ven limpias!, ¿la habrá enseñado a lavar alguna otra vecina?"
Entonces el marido le contesta:
---"Precisamente hoy me levanté temprano y lavé los cristales de la ventana..."
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